El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, exhortó ayer a las alcaldías encargarse de controlar el peso, precio y calidad en la venta de pan de batalla, en el marco de las obligaciones y competencias que tienen los gobiernos regionales.
“Ahora exhortamos a las alcaldías que tienen que ver por el peso del pan. La calidad del pan tiene que estar supervisada por las alcaldías”, enfatizó en una rueda de prensa.
Recordó que no hay justificación para que los panificadores eleven el precio del pan de batalla a más de 0,40 bolivianos la unidad, porque el costo de la harina se encuentra en sus niveles más bajos y continuará cayendo.
“Nosotros hemos hecho cálculos del pan, con los precios actuales (de la harina) no debería subir de precio porque los precios han caído y van a seguir cayendo”, subrayó.
A su juicio, el incremento en el precio del pan es un “chantaje” que busca proteger privilegios económicos de un sector, a costa del sacrificio de la gente.
Desde ayer, los panificadores en La Paz decidieron vender pan a 0,50 bolivianos con el argumento de que no llegaron a un acuerdo con el Gobierno para mantener la subvención a la harina.
Por su parte, el Ministerio de Desarrollo Productivo advirtió que iniciará acciones penales contra quienes vendan el producto por encima de 0,40 bolivianos.
En esta ciudad, el precio se mantiene en 0,50 bolivianos.
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