Carlos Romero Bonifaz: “La Policía tiene como misión especial garantizar los DDHH”

Su salud mejoró y se lo ve recuperado. Carlos Romero dialogó con EL DEBER de las debilidades, fortalezas y retos que tiene la Policía Boliviana, que hoy festeja 190 años de vida.

¿Cómo encuentra a la Policía en su 190º aniversario?
Tenemos una institución fundamental del Estado, porque garantiza la vigencia del orden, de la seguridad interna, de seguridad ciudadana, sus tareas son complejas, no siempre es una institución bien entendida, pero como toda institución social responde a la dinámica, a los cambios que se generan. Si bien en sus orígenes tenía un carácter básicamente prusiano, una estructura vertical y subordinada a las Fuerzas Armadas, que respondía a estrategias de seguridad nacional diseñada por el Imperio, posteriormente la Policía se transformó a una lógica de defensa de los derechos humanos, más trabajo en seguridad ciudadana. Si en algún momento la Policía podía actuar en vulneración a los derechos humanos, ahora tiene como misión fundamental garantizar los derechos humanos fundamentales de las personas.

¿Ve cambios en la Policía?
La Policía no solo cambió su enfoque sino también su accionar. Es una Policía que cada vez se territorializa más, es una Policía que intenta desarrollar el concepto de Policía Comunitaria, que es un concepto formulado en Inglaterra y desarrollado en diferentes países exitosamente. Este concepto refleja un trabajo de cerca con los vecinos garantizando el resguardo de sus derechos, pero también coordinando con ellos. Al mismo tiempo, la Policía ya no tiene una estructura de mando tan vertical, porque su despliegue territorial, su desconcentración le exige ese acercamiento a la comunidad, ser más flexible.

¿Se modernizó la Policía?
Es una entidad que también se va modernizando, incorporamos hace tres años la Policía Aérea en Santa Cruz y el sistema de videovigilancia, que se fue expandiendo a nivel nacional, el estándar internacional dice que lo ideal es tener una cámara por cada 2.500 habitantes, actualmente nosotros tenemos más de 1.200 cámaras instaladas a nivel nacional, y este es un dato significativo, si bien es un número pequeño, se está expandiendo. También tenemos el sistema de monitoreo de GPS, un registro de personas criminales, que es biométrico y que puede transformarse en un registro biogenético.

¿Qué debilidades encuentra en la institución?
Obviamente hay debilidades que debemos superar. La primera se refiere a las enormes brechas formativas entre la calidad formativa en la Academia de Policías (Anapol) con la calidad formativa de las escuelas básicas policiales (Esbapol), tal vez en nuestra estructura, en este aspecto, es todavía colonial, porque las escuelas básicas eran como entidades denigrantes que recibían una formación básica y que luego eran desplegados a las calles, muchas veces recurriendo a métodos extorsivos de supervivencia; en cambio, la Anapol tiene un diferente método, un desafío es superar esa brecha. Otro aspecto, es que los mecanismos de control, de fiscalización, deben ampliarse, ya que todavía nos afecta que los policías piden dinero a la gente para resolver controversias, y eso deslegitima la autoridad del policía y daña la imagen de la institución. En el último tiempo no hubo escándalos de corrupción que comprometan a comandantes, ese es un tema que se vino superando…

¿Cómo se está evitando la corrupción en la Policía?
Hay un mayor involucramiento en la gestión de los comandos, los comandos tienen tareas operativas muy recargadas, pero también tienen necesidad de desarrollar capacidad de gestión institucional, que es coordinada con el gobierno central, encuentros periódicos con el presidente Evo Morales y hay otras medidas administrativas, hemos aplicado medidas severas en personas que han recurrido en actos administrativos o penales, pero sin duda tenemos que realizar muchos mecanismos de control cruzado para que la transparentación sea transversal a todos los niveles.

En el plan de reforma, ¿cuánto se avanzó?
La reforma y modernización de la Policía es un proceso progresivo, cualquier proceso de reforma policial exitoso, en la experiencia de algunos países, se identificó cinco componentes: el primero tiene que ver con las condiciones de vida del policía, en ese aspecto hemos mejorado, no lo óptimo, pero hemos mejorado; un segundo componente es la cualificación, que pasa por potenciar los niveles formativos, por cerrar las brechas entre Anapol y Esbapol, por multiplicar las opciones de formación posgradual; tercero es la desconcentración territorial, necesitamos un número mínimo de 50 estaciones policiales integrales, actualmente tenemos el 50% de esta cifra; un cuarto componente es la tecnología, es importante avanzar en los esfuerzos de estandarización; por último, la estrategia financiera es un quinto componente, no todos los recursos del IDH para seguridad ciudadana se utilizan, en promedio no llegan al 60%, entonces, ahí debemos eliminar algunos aspectos burocráticos.