Después de permanecer con un "perfil bajo” desde el 14 de julio de 2014, cuando renunció al cargo de ministro de Gobierno, Carlos Romero Bonifaz regresó ayer al Gabinete ministerial para asumir nuevamente este cargo con la misión de recapturar al empresario peruano Martín Belaunde.
Romero, considerado como uno de los operadores políticos del presidente Evo Morales, dejó esta cartera de Estado para habilitarse como candidato a senador del partido oficialista por el departamento de Santa Cruz.
Fue elegido senador en las elecciones generales de octubre de 2014 y era el candidato favorito para ocupar la presidencia de la Cámara de Senadores, pero no fue así. Siete de nueve brigadas departamentales del MAS apoyaron a Romero para que dirija esa instancia legislativa, pero en una reunión en Palacio Quemado se determinó que ese cargo sea ocupado por José Alberto Gringo Gonzales.
"De repente no entendí en ese momento, pero acaté la decisión (del Presidente), así es la política”, dijo anoche en una entrevista en Cadena A. Admitió que quedó "frustrado” cuando no fue designado como presidente del Senado porque tenía una agenda de trabajo y bastante experiencia.
El otrora "hombre clave” del Jefe de Estado en la toma de decisiones políticas fue alejado de ese entorno y mantenía un perfil bajo como presidente de la Comisión de Constitución del Senado.
Romero estuvo en el Gabinete del presidente Morales desde septiembre de 2008, cuando fue designado ministro de Desarrollo Rural Agropecuario y Medio Ambiente y en febrero de 2009 ocupó el cargo de ministro de Autonomías; en junio de 2011 fue designado ministro de la Presidencia y desde el 23 de enero de 2012 hasta julio de 2014 ocupó el cargo de ministro de Gobierno.
Antes de ingresar al equipo de colaboradores del Jefe de Estado, el exsenador fue asambleísta constituyente del MAS y delegado del oficialismo para la negociación de la Constitución.
Como ministro, fue uno de los negociadores para desarticular conflictos sociales, como el conflicto con mineros y otros sectores sociales. Durante su gestión se destapó una red de extorsión dentro de su ministerio.
Abogados de ese despacho extorsionaban a acusados del caso terrorismo, al empresario estadounidense Jacob Ostreicher y a otras personas que tenían procesos iniciados por el Gobierno.
Fue el autor del proyecto de Ley de Extinción de Dominio de Bienes, que planteaba que el Estado se apropie, sin ningún proceso judicial, de los bienes de los acusados de narcotráfico, contrabando, corrupción y legitimación de ganancias ilícitas. La propuesta fue declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional y quedó archivada.
No obstante, en su gestión también fugaron al menos dos personalidades que tenían procesos judiciales abiertos, como Jacob Ostreicher , quien tenía detención preventiva, o el exfiscal Marcelo Soza, quien tenía una orden de aprehensión por denuncias de extorsión a acusados del caso terrorismo.
Análisis
marco Zelaya
Periodista
Lázaro o Romero vuelve al poder
Después de ser nombrado como nuevo ministro de Gobierno, en lugar del renunciante Hugo Moldiz, quien duró apenas cuatro meses en ese delicado cargo, Carlos Romero Bonifaz dijo que seguirá al frente del club Sport Boys, de Warnes, un cuadro que es candidato a descender de la Liga, si pierde ante Atlético Bermejo.
Al fin y al cabo, lo que está a punto de ocurrir con Sport Boys le había sucedido a él, que vio cómo se esfumaba casi todo su poder y que cayó de las grandes ligas, del círculo más íntimo del poder a la B.
¿En qué momento entró en desgracia?
La tragedia de Romero empezó cuando, a diferencia de políticos radicales de su partido, descolló como un político concertador y de buenas dotes para el diálogo. Eso quedó claro en la Asamblea Constituyente; a partir de ese hito, y de los sucesos del Hotel Las Américas, fue el primero en anunciar, a mediados de 2008, que arrancaba el período hegemónico del MAS, con la desaparición de la Media Luna.
Y de pronto lo vimos surgir con dimensión de ministro, pero en especial en una de las carteras clave, en la que muchos, emocionados, creen que el siguiente peldaño es la presidencia. No le fue tan bien en su anterior gestión, porque se le escaparon al menos dos peces gordos, Jacob Ostreicher y Marcelo Soza, casi del mismo tamaño que Martín Belaunde.
Pero si a Moldiz no le perdonaron nada es por la pugna interna de poder en el MAS. Y Romero cayó también en desgracia porque en el MAS las corrientes que responden al Vice, al canciller Choquehuanca y, según afirman, a los ministros Quintana y Arce sostienen una lucha encarnizada por cada milímetro de poder y no podían permitir que él surgiera. El Canciller lucha contra una "mano blanca” que hundió la candidatura de Felipa Huanca, pero tampoco hace pie como estratega del MAS y delfín de Evo. Si Morales ha convocado nuevamente a Romero es porque ha comenzado a tener ciertos reparos con esas facciones internas.
Como fuere, Romero, como el Lázaro bíblico, ha escuchado esa famosa frase imperativa: "¡Levántate y anda!”.
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