El abandono escolar anual, temporal y total se caracteriza por tres factores que influyen significativamente en la educación que pueden ser por problemas económicos, salud y residencia. Uno de cada 100 abandona la escuela de forma permanente. Así lo dio a conocer a EL DIARIO, el ministro de Educación, Roberto Aguilar.
Según análisis de la autoridad educativa, el problema de la deserción escolar, desde el año 2.000, ha mostrado tasas de reducción de manera significativa. Sin embargo, se debe analizar los aspectos relacionados con el abandono anual, temporal y permanente.
El abandono anual se efectúa cuando el niño deja de asistir a la escuela sólo por el transcurso de un año. “Por lo general este tipo de abandono se centran en los menores que sufren algún tipo de enfermedad”, afirmó.
En tanto, el abandono temporal es producto de la migración. “Se produce cuando los padres por factores económicos o laborales se trasladan a otros países o departamentos”. Siendo que en la actual coyuntura los departamentos de Santa Cruz Tarija, Pando y Cochabamba se constituyen en centros urbanos receptores de estudiantes, en tanto, que Potosí, Oruro y La Paz son los departamentos expulsores de estudiantes.
Por último, el abandono total es generado por problemas de salud irreversibles, embarazos en adolescentes que no reciben apoyo de sus padres o situaciones económicas precarias. Este tipo de deserción, sin embargo, se ha reducido de manera significativa en la educación actual, destacó el ministro.
PORCENTAJE
La deserción permanente es del 1.71 por ciento, es decir, que en caso de primaria de cada 100 uno o dos abandonan de manera permanente. La información se relacionó con la tasa de analfabetismo. “Dentro de los indicadores educativos, los datos muestran que son cada vez menos los índices del abandono total o no acceso a la escuela”, declaró Aguilar.
A criterio de la autoridad educativa, se ha establecido que los mecanismos de cobertura están ligados a procesos sociales diversos. Por eso afirmó que se debe trabajar en aquellas regiones donde prima la migración y hacer prevalecer la escuela para evitar la deserción.
Comentó que, por ejemplo, en el área rural el Sindicato Agrario dispuso de condiciones a los comunarios, a cambio de atención en servicios básicos de la región como recibir beneficio de agua, pastoreo, entre otros. Todas las familias de forma obligatoria tienen que tener a un menor en la escuela, “este elemento ha mostrado que en las zonas alejadas se genere un mecanismo de sobrevivencia educativa a través de la obligatoriedad de tener algún integrante de la familia en la escuela para preservar la misma”.
Aguilar afirmó que pensar en que la pobreza es uno de los indicadores generadores de la deserción, “es una respuesta mecánica de la situación”. El 90% de las comunidades actualmente tiene escuela, por el sistema de escuelas polivalentes, las escuelas seccionales o escuelas asociadas, estas generalmente por efecto de los padres de familia comenzaron a funcionar. Es decir, que el 90% tiene cobertura educativa.
Sin embargo, existen comunidades aisladas del contexto educativo, por ejemplo, la comunidad guaraní Tentayapí, que decidió no tener escuela, “porque no quieren que sus hijos aprendan a robar”, ellos sienten que preservando sus costumbres de la madre a los niños, preservan ciertos temas éticos.
POBREZA SOCIAL
A criterio del dirigente del magisterio de paceño, René Pardo, la deserción escolar como fenómeno social surge de las consecuencias del pésimo desarrollo económico que existe en la sociedad boliviana.
Los padres de familia no tienen las posibilidades de acceder a un empleo fijo, no cuentan con un salario, siguen en empleos eventuales y no pueden ayudar a la educación de sus hijos muchos deben trasladarse por razones de mejores condiciones de vida.
Consideró también que el bono Juancito Pinto, “es una limosna”, que de ninguna manera cubre las necesidades de un estudiante. El crecimiento vegetativo es muy alto, pero por falta de una economía sólida se promueve la migración generando deserción escolar, sobre todo en áreas rurales.
“La pobreza del país ha desarrollado la degradación de la sociedad, de manera que la corrupción el desempleo tiene consecuencias en la juventud, a través del alcoholismo y la vagancia que se ha incrementado en los jóvenes”, dijo.
En este contexto, se ponen de manifiesto los cambios en el sistema educativo, porque la nueva Ley Abelino Siñani-Elizardo Pérez aún no arranca en las aulas generando expectativas y confusión, consecuentemente todos los aspectos mencionados contribuyen a la deserción escolar.
También puede observarse que la educación no responde a los tiempos actuales. Las realidades nacional, regional y mundial han cambiado y, con ellas, también las necesidades de la educación, afirmó el dirigente del magisterio.
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