Cubierto con una manta y en silla de ruedas, el exministro de Gobierno, Carlos Romero, hombre fuerte del gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) por más de 10 años, habló hoy con la prensa y afirmó no tener garantías y ser un perseguido político. Asimismo, dijo sentirse en un desierto, inerte, sin vida ni esperanza.
Desde el hospital, en la zona de Obrajes, donde fue internado por un cuadro de deshidratación afirmó que nadie lo podía visitar en su casa, ni llevarle alimentos en los últimos días y hasta le habrían cortado el suministro de agua.
"Siempre digo, la vida es como la naturaleza, a veces estas en un desierto, inerte, sin vida, sin esperanza, y a veces estás en una pradera con mucha vida, con aguas cristalinas, con mucha esperanza, yo estoy en un desierto", sostuvo la exautoridad.
La doctora de turno de la Caja Petrolera de Salud, Marianela Siñani, reportó hoy que Carlos Romero se encuentra estable y recibe toda la atención médica correspondiente.
Después de aparecer públicamente el miércoles pasado, en una nota periodística de un medio español, se reactivaron los procesos en contra de Romero, caso Uelinc y caso terrorismo.
En ambos se emitió una orden de citación para que se presente a declarar. Pese a que el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, dijo que no había una orden de aprehensión contra el exministro, varias personas piden su detención y se apostaron frente a su casa en la zona sur de La Paz para hacer una vigilia.
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