Sunday, December 10, 2017

Malestar por la gestión de la ministra Wilma Alanoca



La designación de Wilma Alanoca como nueva ministra de Culturas fue una gran sorpresa al inicio de este año. Alanoca, a diferencia de sus sucesores, no tenía ninguna experiencia en temas culturales o turísticos. Hasta antes de su designación era concejala por el municipio de El Alto.

La primera medida que anunció Alanoca fue una cumbre nacional de artistas para este año, que se fue postergando y finalmente no se realizó. En ese ínterin fueron muchas las quejas por la falta de apoyo a eventos e instituciones en las que se vio involucrada. La ministra Alanoca no respondió las solicitudes de EL DEBER para esta nota.

La ministra fue acusada de no hacer las gestiones para que una delegación boliviana asista a la Feria del Libro de Buenos Aires (tampoco para la de Guadalajara, ni la de Frankfurt). Desde su oficina dijeron que era debido a un presupuesto apretado (el costo que le hubiera significado al ministerio esta gestión no superaba los $us 10.000). El ministerio este año le quitó el apoyo a la FIL La Paz, que tampoco superaba los $us 5.000. Y recientemente se supo que tampoco le dio su aporte a la Bienal del Cartel de Bolivia.

Los cineastas hablaron de montos de dinero comprometido que, al final, Alanoca no concretó.
La ministra muy pocas veces salió a aclarar estos casos. Son menos de cinco las entrevistas que ofreció como descargo.

La falta de apoyo es un malestar para todos los artistas y gestores culturales bolivianos, por contraste, el pago de la franquicia para que el rally Dakar pase nuevamente por Bolivia en 2017 fue de $us 4 millones, un evento organizado por el Ministerio de Culturas y Turismo.

Hablan los protagonistas
“Nosotros teníamos un compromiso del Ministerio de Culturas de apoyar la finalización de la película Averno, pero en esta gestión decidieron quitárnoslo, y sé que eso ha pasado con todas la películas nacionales”, indicó el director Marcos Loayza, que por esta situación retrasó el estreno de su película.

“Este año tampoco se logró hacer aprobar la nueva Ley del Cine, que ayudaría de manera definitiva a la cinematografía nacional, y hablando con los otros sectores a casi todos sé que se les quitó el apoyo, muchas veces comprometido. En general, creo que no se entendió el concepto de que la actividad cultural apoya de gran manera a dinamizar la economía y de manera vital el turismo”, expuso Loayza.

“La verdad, no tengo ningún referente de su trabajo y eso es porque no ha hecho ninguna gestión que beneficie a la actividad cultural y artística”, dijo Claudia Eid Asbún, dramaturga y directora de Cochabamba, que luego agregó que Alanoca está trabajando con actividades que ya estaban implementadas en anteriores gestiones.

“De hecho, está reduciendo algunas cosas, como las categorías de premios de teatro en el Eduardo Abaroa, antes había 5, ahora solo hay una”, mencionó Eid.

Susana Machicao, directora de la BICeBé, resaltó que este año no contaron con el apoyo del Ministerio de Culturas como lo venían teniendo desde el 2009 y desconocen las razones por las cuales se retiró el apoyo.

“No recibimos ni una carta formal (de parte del ministerio) en respuesta a nuestras cuatro cartas enviadas entre septiembre de 2016 y febrero de 2017. Cuando al fin logramos reunirnos con la responsable de promoción cultural, se nos mencionó que integraría o fusionaría la BICeBé dentro de uno de los premios ya existentes del ministerio. Más allá de esa reunión, solo recibimos una declinación al apoyo por parte de esta funcionaria vía WhatsApp”, contó Machicao.

“La ministra jamás nos recibió en audiencia y nunca pudimos explicarle la magnitud del evento y la importancia de que nuevamente el ministerio sea parte de la bienal”, explicó.

Para Machicao, tener proyectos culturales exitosos como aliados es apostar a ganador, sin que esto implique que los eventos se vean obligados a cambiar contenidos, introducir discursos forzados o colocar logos enormes en cada pieza expositiva, para que esa sea la única manera de justificar un apoyo económico y de gestión.

Para el director de la editorial Nuevo Milenio, Marcelo Paz Soldán, la ministra Alanoca confirma que para ocupar un puesto político no necesariamente se tiene que conocer el sector que apoyas o su problemática. “Lo que ciertamente limita su accionar y reduce sus posibilidades de una gestión eficiente”, señaló el editor.

Paz Soldán dijo además que los esfuerzos de las distintas cámaras del libro son casi en su totalidad realizadas por sus instituciones asociadas sin contar con este apoyo.

“Lo que no es para nada entendible es que se siga apoyando al Dakar en desmedro de otras actividades culturales que realmente la necesitan como la reducción al apoyo a la Feria Internacional del Libro de La Paz, así como la presencia de editoriales bolivianas en ferias del libro internacionales”, concluyó Paz Soldán.

Finalmente, el artista Andrés Bedoya dijo que el El Ministerio de Culturas y Turismo no pone en práctica sus objetivos institucionales. "Parece estar interesado únicamente en un producto cultural o turístico que de un rédito inmediato y que refuerce el discurso político estatal. El Dakar por ejemplo produce de manera inmediata titulares, cifras y datos que el estado considera favorables y por ello es útil. En cambio el trabajo cultural y artístico actual por definición exige procesos de maduración largos cuyo impacto no se mide inmediatamente, por lo tanto no tenemos utilidad alguna para el Estado. Subestiman o no entienden el valor del arte y la producción cultural cosa que indudablemente es un error", expuso Bedoya.



Los problemas de la ministra (Luis Bredow)

No es fácil ser ministra de Culturas. Por un lado, están las demandas de los artistas y promotores culturales y de las organizaciones más diversas, y, por otra, está un ministerio pequeño que debe enfrentar una compleja burocracia gubernamental para satisfacer a gente sin mucha palanca política, pero muy vigilante, impaciente y movilizable. En esas condiciones no es fácil que la ministra logre brillar, o por lo menos evitar reproches. Por ejemplo, en marzo de este año, el ministerio inscribió a Bolivia en el Programa Iberoamericano de ayudas a los artistas escénicos Iberescena. Lo hizo a regañadientes, pero pronto percibió que había dado en el clavo al satisfacer una demanda muy sentida de un sector importante de artistas bolivianos. Los artistas escénicos se entusiasmaron y presentaron proyectos. Nueve meses más tarde, llegó el fallo de Iberescena seleccionando varios proyectos. ¡Pero el ministerio no logró en esos nueve meses desembolsar una pequeña cuota para que estos premios se hagan efectivos! Así, por culpa de la burocracia anónima, la Ministra todavía no puede presentar ese logro a su nombre… Para evitar enfrentar esos ajetreos bochornosos, el Ministerio deberá inscribir ese desembolso anual en su POA. ¡Pero eso significa vencer otra burocracia en el mismo interior del gobierno!

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